Hoy se promulgó la Ley General de Educación y en los próximos días de publicará. Dejo aquí una presentación que ofrece una lectura panorámica de este nuevo y fundamental cuerpo normativo, y de algunas de sus principales instituciones.
El principal acierto de esta ley es, sin duda, el diseño de un nuevo marco legal del sistema educativo. Esto no es poco, y debe ser valorado, pero significa poco si no se avanza con decisión en la reforma del estatuto docente y en un nuevo sistema de gestión. Todo esto, por cierto, desde el ámbito estructural. Hay otros ámbitos (curricular, evaluación docente, mejoras en al formación, etc.) que juegan un rol quizá aun más central en la mejora de la calidad de la educación. De ahí que sea injusto, me parece, achacarle a la LGE como defecto que no avance en otras cuestiones que no son del ámbito que una ley pueda mejorar. La mejora en las metodologías de aula, por ejemplo, se ve indirectamente impactada por un nuevo marco legal, y sin embargo, es clave en el corto plazo en un proceso de progreso educativo.
Son muchas las nuevas instituciones que poblarán la nueva arquitectura del sistema educacional y hay muchas preguntas sin repuesta aún, en torno a la correcta implementación de esta reforma, a partir de las muy recientes y deficitarias experiencias de implementación de reformas de esta envergadura.
En lo general, el diseño de deberes del estado me parece un acierto de técnica legislativa y esperamos contribuya a una comunidad educativa más exigente.
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