Senador Ud. dijo que después de 20 años en que se recuperó la democracia, los gobiernos de la Concertación, no se han consagrado los derechos de los jóvenes. ¿Nos podría explicar eso?
Sí. Efectivamente. La mayor responsabilidad por cierto, la tiene quien ejerce el Gobierno. Lamentablemente los jóvenes sienten que no hay una preocupación efectiva y real por captar su atención. El Instituto Nacional de la Juventud es una figura decorativa. No tiene recursos, no tiene medios, entonces no puede despegar con una política en favor de los jóvenes. Y por consiguiente las instancias que debieran impulsar una política amplia, completa y masiva, están en una institución que no vale nada. Es chica y restringida, en cada región tiene una oficina con dos funcionarios…No hemos sido capaces de responder adecuadamente. Se ha hecho un esfuerzo histórico en el país por la cobertura educacional.
Hoy día tenemos que más de un 90 por ciento de los jóvenes en nuestro país, tiene educación media completa. Y ahí se produce una situación concreta. Uno, a través de becas, de crédito, puede ingresar a la universidad; otros que no ingresan, quedan con el cuarto medio aprobado y sin ninguna capacitación posterior. Entonces ¿qué es lo que digo yo? Preparemos jóvenes que sigan carreras técnicas y profesionales. Pero tenemos que tener una respuesta para aquellos que por a,b o c razones, llegan sólo a la educación media. A ellos no les tenemos un programa de capacitación y de formación de un oficio. Si ese chiquillo que llega a cuatro medio es del sector agrícola, podrá seguir un curso del Sence… ¿Por qué no enfrentar el problema? A esos chiquillos que el día de mañana son técnicos y profesionales, se reciben de ingenieros, de asistentes sociales, y quieren encontrar trabajo, les piden tres años de experiencia…
Entonces el cartón, lo tiene ahí colgado en la casa… Nos encontramos con jóvenes titulados que pasan meses y años sin ser contratados…Qué es lo que yo he dicho? Porqué no establecemos un servicio país, donde esos jóvenes, que tienen dificultades para encontrar trabajo, lo puedan hacer a través de la contratación del sector público, durante uno o dos años y ahí generen su experiencia. Así estarán en condiciones de poder salir al mercado a competir en igualdad de condiciones con otros. Mientras no haya ese servicio de apoyo, generamos frustraciones y amargura. Entonces ellos terminan reproduciendo la vida de sus padres: si su papá era temporero, él igual lo será. Creo que no aportamos en esa parte, y no quiero centrarme más, porque creo que esto es lo más relevante. Todo lo que se ha hecho en aspectos culturales, deportivos, de participación, es importante, pero es poco.
Senador, ¿Y Ud. cree que eso ha influido en que los jóvenes no quieran saber nada con la política?
Por cierto. Ellos no tienen ninguna avidez por la participación política, por la inscripción electoral, porque se sienten marginados, no tomados en cuenta. Sienten que a quienes hacen un esfuerzo serio por salir adelante, el Estado no les tiene respuesta. Y por consiguiente, mientras no nos concentremos fuertemente en ese segmento, pero teniendo respuestas reales, la frustración se perpetúa y se produce un divorcio con el esquema social. Si es muy delicado este tema. Bueno, también está pasando en otros países del mundo, no pensemos que esto solamente ocurre en Chile.
En nuestro país hay que crear canales de comunicación acordes con la modernidad, porque son chiquillos habilosos, inteligentes, que tienen la capacidad de moverse en el mundo de las comunicaciones, de la informática, pero no hemos sido capaces de responderles. Falta mucho ahí, primero porque no hay una constitucionalidad para los jóvenes y segundo, porque no hay una capacidad de incorporarlos antes al mundo laboral.
1 comentario:
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