viernes, 20 de marzo de 2009

Eduardo Morales: "Hay que dejar de mandar a la cárcel a jóvenes que no lo merecen"

Eduardo Morales, Defensor Regional de Valparaíso, ha hecho varias salidas comunicacionales, muy lúcidas y documentadas, enfatizando los análisis del informe estadístico que la Defensoría entregó en el verano sobre responsabilidad penal adolescente. Este aprecio el 9 de marzo en La Estrella de Valparaíso:

"Un informe estadístico del primer año de la entrada en vigencia de la nueva Ley de Responsabilidad Adolescente, dio a conocer la Defensoría Penal Pública.
El jefe regional del organismo, Eduardo Morales Espinosa, dijo que el estudio abarca entre junio de 2007 y junio de 2008. Sobre las conclusiones, el abogado destaca que comparativamente crecieron mayoritariamente las causas judiciales de adultos que de las adolescentes.

“Se derriba un mito que los jóvenes son peligrosos y vinculados a la delincuencia. No es así, quienes dicen eso y desconfían de los jóvenes están equivocados, no se ha mirado primero la viga en el ojo propio”. Para la autoridad, el informe hace pensar en futuras modificaciones legales, donde la principal sería restringir el uso de la internación provisoria. Del total de imputados, cerca de un 9% queda con esta medida cautelar. De este porcentaje un 89% los imputados no son condenados al terminar su caso a penas privativas de libertad, y estuvieron recluidos en vano. “Nos interesa no mandar a los jóvenes a una Universidad del Delito, hay que evitar el encarcelamiento. Es más fácil que un joven vaya a prisión preventiva que un adulto, y eso se ha traducido en una sobrepoblación de los centros con no condenados. En los adolescentes se nos da un panorama similar al anterior a la Reforma con los adultos, más presos esperando condena que presos condenados. Es un llamado de alerta y un problema del sistema. Hay que dejar de mandar a la cárcel a jóvenes que no se lo merecen”, enfatiza. Morales reflexiona sobre lo prejuiciosa de nuestra sociedad, con mucho temor a ser víctimas de un delito.

“Eso nos lleva a pensar equivocadamente que la única forma de enfrentarlos es a través de la represión, pero hay que combinarlo con prevención y rehabilitación, especialmente en el caso de los jóvenes.
Poner un menor de 18 años tras las rejas durante 5 ó 10 años es mandarlo al basurero. Esa no es la idea, sino que la pena vaya acompañada de rehabilitación y se transforme en alguien capaz de convivir y aportar a la sociedad”.

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