miércoles, 5 de agosto de 2009

Opinión de Alejandro Astorga, psicólogo, Coordinador de programas de Corporación OPCION sobre caso del Cisarro

Hemos presenciado la reapertura del antiguo dilema –que algunos ingenuamente pensábamos ya superado- respecto de la relación “ambiente – herencia” en el comportamiento humano.

"Este niño nació así, no importa donde haya nacido. No importa la educación que se le pueda dar, el problema está en sus genes.
Este niño es un enfermo mental, tiene su cerebro dañado. La mayoría de los niños y jóvenes delincuentes del país son niños enfermos mentales."

Lamentables y terribles frases. Frases de agosto del 2009 en Santiago de Chile y en relación a un niño de diez años.

En un par de horas se ha confirmado aquello que muchos temíamos, este niño tiene un problema en su cerebro, en su biología, en sus genes. Padece una enfermedad mental altamente hereditaria. Pero no se trata de cualquier niño, se trata de un niño, que se ha llamado “niño delincuente”. Por tanto la explicación a sus conductas de “niño delincuente” está en su cerebro, en su biología, en sus genes. Lamentablemente, con esta relación entre genética, violencia y delincuencia, en nuestro país se hace un “descubrimiento” que ya hace un par de siglos realizó Lombroso.


En menos de 24 horas se ha confirmado aquello que muchos deseaban escuchar, el problema de este niño, no es un problema social, no es un problema de cómo nuestra sociedad cría y educa a nuestros niños y niñas, no es problema sobre cómo los adultos ejercemos nuestros roles de padres y madres, no es un problema de las oportunidades efectivas que otorgamos a los niños y sus familias, no es un problema de cómo informamos en la prensa estos temas, sino que es sólo un problema de los genes de este niño. En definitiva, este diagnóstico confirma que este no es un problema de nuestra sociedad, no es problema de nuestras políticas sociales, es un problema genético. Ahora bien, ojala que ninguno de nosotros porte éstos genes del delito.
Cristóbal ya está siendo medicado con clozapina (un antipsicótico) de acuerdo a lo que ha señalado su médico tratante a los medios de prensa, a horas de haber sido ingresado a la Unidad de Hospitalización Psiquiátrica de Corta Estadía del Hospital “Luis Calvo Mackenna”. Dado que se trata de un niño de diez años ¿se contará con el consentimiento de su madre y/o de su representante legal y/o de su apoderado para administrarle este fármaco? Algunos dirán sin duda que tratándose de un “niño delincuente” esto no importa.

Chile tiene una oportunidad única e inexcusable de abordar esta situación.
Nuestras autoridades, los medios de comunicación, las organizaciones no gubernamentales y el conjunto de la sociedad chilena tenemos esa oportunidad.
El camino que se ha seguido hasta el momento es el más protector de nuestra sociedad, pero el menos protector de un niño de 10 años, y de otros niños y niñas de nuestro país.

Alejandro Astorga, psicólogo, Coordinador de programas de Corporación OPCION

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