Diagnosticar, intervenir con niños y jóvenes hasta 17 años 11 meses, y con sus familias, SIN orden judicial y generando sobreintervención es un síntoma de políticas NO basadas en la evidencia sino en indudables buenas intenciones y en ideología. Esta vez el programa se llama "Jóvenes en paz" y cuenta con financiamiento del Ministerio del interior, que incrementa así su registro a la ejecución de programas, lo que, decían sus autoridades, no iba a ocurrir porque sólo iba a diseñar políticas públicas.
Un joven que registra detenciones policiales es un joven que ya está en el sistema de justicia y de atención de SENAME municipal. Lo que hay que hacer es preocuparse por la atención que recibe, la efectividad de los programas, la capacitación de sus operadores, la coordinación del circuito, ofrecer tratamiento de salud mental residencial y ambulatorio, construir indicadores de resultado pero nunca, bajo ninguna consideración, sumarle nuevos programas, nuevos profesionales tocando la puerta de la casa para conversar lo que otra decena de personas ya lo ha hecho o lo está haciendo. Esa es una intervención por definición, iatrogénica, dañosa La idea de que sea necesario diagnosticar tiene la ingenua ignorancia de que sobre esa población existen kardex enteros de diagnósticos que se repiten una y ora vez, sin que los operadores del circuito sean capaces de compartirlos, utilizarlos, protocolizarlos, integrarlos en la intevención, etc.
El perfil dice que intervendrán con adolescentes que han sido detenidos por la policía y que no han sido sancionados por la Ley N° 20.084.
Primero, es posible entonces, que intervengan (sobreintervengan) con aquellos que están en programas o medidas que no son sanciones, como los de medidas cautelares y los de salidas alternativas.
Segundo, dicen que se puede ingresar por demanda espontanea, lo que significa que la restricción de no ser condenados puede no ser tal..
Tercero, si hay una política pública como el Programa Vida Nueva, que está bajo el Min. del Interior en coordinación con Sename, y monitoreada por un equipos de la DIPRES, ¿por qué inventar una nueva política pública antes de saber cómo funciona la otra?
"Joven en paz", una nueva muestra de nuestra vieja forma de hacer las cosas mal.
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