jueves, 26 de junio de 2008

Supremazos made in USA: D.C. et al v. Heller, y Kennedy v. Lousiana



Ayer y hoy, dos decisiones de la Corte Suprema de los EE.UU. han remecido ámbitos polémicos del derecho norteamericano: el derecho a tener armas para la defensa propia , D.C. et al v. Heller, y el derecho estatal a imponer la pena de muerte en determinados casos (violaciones de niños) en Kennedy v. Lousiana.
Es curioso que ambas decisiones se contrapesen entre los llamados bloques conservadores y liberales. Por un lado, una decisión limita la pena de muerte, por el otro, el segundo fallo permite el porte de armas, y prohíbe una legilación que restrinja su tenencia. A quienes seguimos la jurisprudencia del máximo tribunal estadounidense, nos llama poderosamente la atención el momento elegido para hacerse cargo tan radicalemente en estos temas.
Me parece que el hecho de que el próximo presidente de los EE.UU. pueda designar 4 o 5 jueces de esta Corte, inquietó a los actuales miembros y los forzó a resolver ellos y no postergar estos temas para una siguiente magistratura.

Acá, en el sitio web de la Corte Suprema de los EE.UU. pueden descargar el texto completo del Fallo del caso District of Columbia et al. v. Heller. Los candidatos ya han fijado posición frente a este asunto y en el NY Times pueden examinarse sus declaraciones.


Voy a dejar un breve comentario sobre la decisión más reciente, la de hoy, y dejo para un siguiente post el tema de la prohibición de pena de muerte:

En el caso District of Columbia et al. v. Heller, la Corte Suprema de Estados Unidos confirmó hoy que el derecho de cada persona a poseer un arma está garantizado por la Constitución y que no puede ser limitado en nombre de la seguridad pública.

Por cinco votos contra cuatro (en la imagen hecha por el NYTimes pueden ver la distribución de los votos), la mayor instancia judicial de los EE.UU. confirmó la invalidez de una ley de la ciudad de Washington, capital del país, que prohíbe a sus habitantes poseer pistolas.

Es la primera vez, en casi 70 años, que la Corte Suprema se pronuncia sobre este tema ultra sensible en Estados Unidos, considerado por una gran parte de la población esencial para la identidad estadounidense.

Esta decisión podría permitir a los defensores de las armas cuestionar las leyes locales que regulan la posesión y licencia de armas, fundamentalmente las instauradas para luchar contra la criminalidad en grandes ciudades como Chicago o Nueva York.

La decisión fue celebrada de inmediato por el jefe de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, John Boehner: "Los estadounidenses, incluidos los residentes de la capital del país, deben tener la capacidad de defenderse y en términos de la Constitución ese derecho está claramente reconocido".

La cuestión tiene que ver con la Segunda Enmienda de la Constitución, que establece que "siendo necesaria una milicia bien organizada para la seguridad de un Estado libre, el derecho del pueblo a tener y llevar armas no será transgredido".

Para el Distrio de Columbia (recurrente), la Carta Fundamental garantiza un derecho colectivo a tener armas en propiedad, en el marco de un servicio de Policía o de guardia.

Pero la Corte estimó que garantiza de hecho el derecho de cada ciudadano a poseer y portar armas, una interpretación defendida sobre todo por los millones de miembros de la influyente Asociación Nacional del Rifle (NRA).

"La opinión de la Corte no debe ser percibida como un cuestionamiento a las prohibiciones antiguas sobre la posesión de armas por personas con antecedentes penales o enfermos mentales, o las leyes que prohíben la portación de armas cerca de instalaciones sensibles como escuelas o edificios administrativos", destacó el juez Antonin Scalia.

Pero, subrayó, la ley de la ciudad de Washington era inconstitucional en la medida en que prohíbe la portación de una categoría entera de armas "que los estadounidenses eligen masivamente con el objetivo legal de la autodefensa".

La ley de Washington, promulgada en 1976, prohíbe a sus habitantes poseer pistolas y sólo permite tener rifles o escopetas en casa con la condición de que estén descargadas o trabadas.

En 2003, Dick Heller, habitante de un barrio sensible, demandó a la ciudad por violación de su derecho constitucional a portar armas. Aunque la denuncia fue rechazada en primera instancia, Heller ganó en marzo de 2007 la causa ante una corte de apelaciones federal.

La ciudad presentó entonces una demanda ante la Corte Suprema, insistiendo en la necesidad de reglamentar el acceso a las armas de fuego cortas, usadas en casi dos tercios de los robos y agresiones, y en más de la mitad de los 15.000 asesinatos anuales en el país, según estadísticas del FBI (policía federal).

La mayor instancia judicial del país no había analizado jamás este tema. En el siglo XIX determinó que la enmienda se refería a las leyes federales y dejaba a los estados la libertad de reglamentar el porte de armas y en 1939 validó una ley que exige registrar las armas llevadas de un estado a otro.

Según varios estudios, hay al menos 200 millones de armas de fuego en circulación en Estados Unidos, para 300 millones de habitantes. Y aproximadamente 45% de los hogares estadounidenses posee al menos una.

Una rápida lectura del fallo estima posible que leyes menos rigurosas que la de Washington puedan restingir la tenencia de armas.

Tony Mauro, del Blog of Legal Times (BLT), relata detalles de la escena de esta mañana cuando Scalia leyó la opinión mayoritaria y luego Stevens (de 88 años) leyó el voto disidente. "No aceptó el resumen (syllabus) que le acabo de oír", le espetó el magistrado Stevens al conservador Scalia, además de mover enfáticamente la cabeza en negación varias veces durante la lectura del fallo.

Otros analistas notan que en el último año, 13 de 41 decisiones han sido resueltas por la misma votación: 5-4.

Linda Singer, que fuera fiscal general del distrito de Columbia escribe su análisis en law.com y pronostica una ola de litigantes por todo el país.

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