Esta breve
minuta del National Juvenile Defender Center (cuyo link agradezco a Sergio Chesta) procura aportar a la defensa penal
juvenil estadounidense, por cierto, pero su contribución alcanza también a
todos los países donde el DSM 5 desempeñe un rol importante en el sistema de
salud mental y el nuestro es uno de ellos. Busca proporcionar una mirada a algunos
de los cambios introducidos a la última versión del Manual de Diagnóstico y
Estadísticas de Desórdenes Mentales (DSM, por la sigla en inglés de Diagnostic
and Statistical Manual of Mental Disorders. Esta última edición que fue formalmente
publicada en mayo del 2013 realizó un proceso muy amplio de recogida de
observaciones. Quienes participaron en algunos congresos internacionales -como pude
comprobar personalmente- recibieron
invitaciones a efectuar observaciones a borradores de áreas de experticia relacionadas
de ese congreso.
Este manual
procura reflejar los cambios basados en evidencia respecto de criterios diagnósticos.
Por lo que esta última edición –cuyo proceso de construcción comentamos en este
blog ya que abrieron una web para transparentar el desarrollo- introdujo varios
cambios incluso en términos de categorías de ciertos desórdenes.
Por cierto, suele existir post
publicación, un fuerte debate sobre el influjo de la industria farmacéutica,
sobre la sobremedicación, la sobrepatologización, la no inclusión de algunos síndromes
(el tan mentado SAP por ejemplo).
Es bueno
recordar que el DSM 5 siempre debe ser utilizado por
personas con formación adecuada y con experiencia clínica, ya que se usa como
una guía que debe ser acompañada de juicio clínico, además de los conocimientos
y criterios éticos necesarios.
Quizá el
capítulo más interesante, y que debiera ser parte de discusión en alguna mesa
del circuito Senda-Minsal-Fonasa-Sename (para ver cómo se enlaza con nuestra Norma
Nº 85 de Minsal y con las Orientaciones Técnicas del Minsal) se relaciona con
los desórdenes adictivos y relacionados con substancias.
P. ej. en el DSM-IV,
un criterio indicativo de abuso de sustancias era haber tenido recurrentes
problemas legales vinculados a sustancias. El
DSM.5 remueve este criterio.
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