viernes, 27 de agosto de 2010

Seminario sobre Derechos de los jóvenes, justicia y seguridad ciudadana


Dejo aquí algunos fragmentos de mi exposición en el seminario:

"Existe un consenso entre la opinión de expertos y la de la opinión pública: El Sename no lo está haciendo bien en el trabajo con jóvenes infractores.
La mirada clásica (p. ej. la Comisión de expertos en responsabilidad penal adolescente, convocada el 2006 y 2007 por el Ministerio de Justicia, o la de la Comisión investigadora de la Cámara de Diputados) pone el acento en los problemas del diseño normativo, de la infraestructura deficitaria y, gruesamente, del modelo de trabajo en los centros privativos de libertad, básicamente.
El Dederej (Departamento de Derechos y Responsabilidad Juvenil, en las anteriores administraciones), por su parte, orientó sus esfuerzos en la mayor parte de estos tres años (y desde el 2002 en realidad) en contar con un modelo de intervención que se plasma en documentos denominados “Orientaciones Técnicas” y, luego, en bajar ese modelo a los operadores. En otro lugar he criticado la metodología de este trabajo, pero lo que interesa resaltar es que en la generalidad de los actores (quizá el Frente de Trabajadores del SENAME es la excepción, pero por otras razones) no se releva la gestión como un aspecto problemático.
En mi opinión la gestión del sistema ha sido el principal déficit del sistema penal juvenil, y en particular, de los centros del Sename.
Esta es, entonces, la principal tarea del equipo directivo del DJJ: gestionar adecuadamente el sistema penal a cargo del Sename.
Y por gestión entiendo distintas cosas:
Tomar decisiones, comunicarlas, controlar lo comprometido, sentar en una mesa a todos los actores involucrados, evaluar el trabajo, armar consenso en torno a las evaluaciones, establecer rutas de superación de problemas identificados, conformar equipos de trabajo, acompañar y fortalecer el liderazgo siempre precario de los directores de centros, ejecutar procesos de licitaciones que permitan apreciar más allá del papel, los proyectos en concurso, el currículum institucional y los equipos, entre otras cuestiones.

Un rasgo sobresaliente de mala gestión en el Sename es la insularidad en la gestión: cada departamento actúa sin conversar con el otro, o, viendo al otro como un obstáculo en su trabajo; al interior de los departamentos, los diferentes equipos no generan procesos colaborativos horizontales y se han permitido agrias disputas internas; el equipo Dederej entendía su relación con los niveles regionales y con los centros, en general, como una relación cargada de escepticismo y desconfianza y basada en el control y el reto."

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