jueves, 22 de enero de 2009

Blog de Mauricio Duce en La Tercera

La Tercera Digital, lanzada hace cosa de un par de meses, levantó una serie de blogs, algunos ad hoc, otros -como el de Roberto- históricos; hoy veo que el destacado profesor e investigador de la Escuela de Derecho de la Universidad Diego Portales, Mauricio Duce cuenta también con uno.

Mauricio fue miembro de la comisión de expertos en responsabilidad penal adolescente convocada por el Ministerio de Justicia el 2006 y fue uno de los redactores del primer anteproyecto sobre responsabilidad penal juvenil allá por 1995. Aunque su labor más conocida es ser miembro del grupo que preparó y redactó la leyes que conforman el nuevo sistema procesal penal.


Mauricio escogió un polémico tema para debutar como bloguero. La puerta giratoria, ¿mito o realidad? No la tituló así, pero ésa es la idea.

"Para no marearse con la "Puerta Giratoria"

Un tema que ha generado debate público intenso en los últimos años ha sido el de la supuesta “mano blanda” de los jueces y del sistema de justicia criminal, en general, respecto de la delincuencia. Detrás de estos debates y polémicas se entrecruzan cuestiones muy diversas y complejas, las que al ser presentadas en un solo paquete, con una fuerte carga valorativa, tienden a generar confusión en la opinión pública y dificultan un debate racional e informado sobre ellas. No pretendo sostener que no existen algunos problemas en el funcionamiento de nuestro sistema de justicia criminal. Sólo me gustaría entregar algunas ideas sobre un aspecto específico de este debate como es la privación de libertad de una persona que es objeto de una investigación durante el tiempo que dura su proceso -la llamada prisión preventiva-, las que pueden ayudar a entender de mejor manera los alcances del problema.

La crítica frente a la blandura en el uso de la prisión preventiva no es nueva y ha estado en el centro de la polémica. A propósito de ella, líderes de opinión y políticos de diversos sectores -en un curioso consenso transversal- manifiestan su indignación y describen el sistema de justicia penal como una “puerta giratoria”, o sea, a través de la cual los delincuentes salen libres apenas entran por ella. Detrás de esto existe una noción fuertemente instalada en la opinión pública, según la cual el estado natural de una persona investigada por la comisión de un delito debiera ser el de la privación de su libertad. Esta idea tiende a ser intuitivamente correcta, particularmente cuando se la presenta a propósito de casos graves y paradigmáticos, pero sin que se expliquen sus alcances e implicancias. Con todo, cuando ella es puesta en un contexto más amplio, choca con uno de los valores centrales sobre los cuales se configura el sistema legal chileno: la presunción de inocencia. Sostener que la privación de libertad durante el proceso deba ser una regla general o intentar aplicarla en forma automática, sin analizar las circunstancias particulares del caso concreto, cuestiona la vigencia real de la presunción de inocencia."

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