viernes, 4 de abril de 2014

Zaffaroni y los adolescentes: hay peces que ni por la boca mueren. Por Emilio García Méndez

He seguido con atención el debate generalizado en torno a los recientes episodios de violencia en los que una ciudadanía impotente y desprotegida frente a la creciente ola de criminalidad ha optado por el peor de los caminos posibles: las diversas formas de linchamiento; que solo una perspectiva inadvertida o mal intencionada se anima a denominar “justicia por mano propia”.
El nudo gordiano en que se ha convertido la cuestión del control democrático del delito en nuestro país, remite en lo inmediato a dos variables de naturaleza totalmente diversa pero absolutamente complementarias. La abismal desigualdad social y los altos niveles de corrupción e ineficiencia que caracterizan a las fuerzas de seguridad en términos generales. Sin embargo, lo que convierte en realmente crucial este debate para nuestro futuro como sociedad, es el hecho que ambas variables remiten a un problema mayor vinculado con la legitimidad del ejercicio del poder político. Dicho de otra forma, la falta de legitimidad del Estado. Un problema que, a mi juicio, nadie ha sintetizado mejor que el gran historiador argentino Tulio Halperin Donghi, cuando en una excelente entrevista de hace algunos años afirmo que “en la Argentina el estado tiene el monopolio del uso legitimo de la violencia a condición de que no la use”.
Es partir de esta incapacidad primaria que pueden entenderse, más que el movimiento pendular, los bandazos que ha caracterizado a una explícita o implícita “política criminal” en estos últimos años. Nadie me parece encarna mejor y en primera persona estos zigzags que una figura que comenzó siendo un personaje jurídico para terminar transformado en un personaje político, adicto a la lucha en el barro en sus peores versiones. De redactor de un código penal militar a padre difuso de un vago y oscilante abolicionismo. Raúl Zaffaroni es un personaje que disfruta desempeñando el papel de provocador verbal para mostrar con sus palabras que la impunidad intelectual en las actuales condiciones carece de límites. Su última osadía consistió en afirmar, terciando en el debate actual sobre la inseguridad, “que los adolescentes están siendo estigmatizados”. Una afirmación como esta en boca de Zaffaroni es realmente grave. Una de dos, o se trata de un gravísimo caso de amnesia o peor aún de un cinismo que no reconoce ningún límite.
El día 2 de diciembre de 2008 Zaffaroni redacto, impulso y consiguió imponer un fallo de la CSJN (331:2691, “García Méndez Emilio y Musa Laura sobre habeas corpus colectivo a favor de menores de 16 años privados de libertad en el Instituto General San Martin de la ciudad de Buenos Aires). En dicho fallo se declaró constitucional el decreto de la dictadura militar 22.278 de 1980 –Régimen Penal de la Minoridad- y se legitimó el uso de la privación de libertad en cárceles de menores como mecanismo legitimo de protección de dichos menores. Todo ello en abierta y flagrante contradicción con la Constitución Nacional, la Convención de los Derechos del Niño y la ley de Protección de Infancia 26.061.
A pesar de todo ahí esta nuestro personaje, todavía dictando cátedra y “ordenando” el debate.
Hay peces que ni por la boca mueren.


Fuente: http://www.gacetamercantil.com/notas/51254/zaffaroni-adolescentes-hay-peces-que-ni-boca-mueren.html#comments_goto

miércoles, 2 de abril de 2014

Documento de Estudio Nº 1/2014. Informe sobre Proyectos de ley sobre infancia en tramitación a marzo de 2014. Francisco Estrada

El presente informe lista los proyectos de ley sobre Infancia en tramitación al 14 de marzo de 2014, para, luego, realizar algunos comentarios de carácter general con vista a las decisiones político-legislativas que el nuevo gobierno debe tomar.
Se ha revisado para estos efectos el Sistema de Tramitación de Proyectos del Congreso Nacional (SIL). No se han incluido los proyectos relativos a educación, que si bien tocan, evidentemente, derechos del niño, poseen una especificidad en el debate público y en la agenda de gobierno. No se contabilizaron tampoco los proyectos que habían sido refundidos con otros.
En cada caso se indica el nombre del proyecto, el número de boletín, la fecha de ingreso a trámite parlamentario, la calidad de moción o mensaje, el señalamiento de el o los autores, y, finalmente, el estado de tramitación parlamentaria.

Comentarios generales (fragmento):

1. Necesidad de concordar definiciones y prioridades.
Pese a lo dispuesto en el artículo 17 inciso 2º y ss. del Reglamento de la Cámara de Diputados, son numerosos los proyectos que exceden los dos años sin movimiento en su tramitación y sin que, en consecuencia, sean archivados. Incluso un proyecto archivado fue desarchivado para, enseguida, retomar su persistente inactividad en tramitación. De ahí la necesidad de un esfuerzo de coordinación entre ejecutivo y parlamento en orden a establecer definiciones y prioridades que permitan reducir este inmenso listado de 82 proyectos en tramitación.
2. Algunas desagradables sorpresas.
Llama desagradablemente la atención que sólo 1 de los 82 proyectos se encuentre en una fase avanzada de tramitación. El resto, es decir, el 98 %, se encuentra en apenas primer trámite constitucional, y la gran mayoría sólo fueron presentados y nunca fueron ni siquiera discutidos.
3. Estrategia legislativa del ejecutivo
Es necesario, entonces, una afinada estrategia legislativa al respecto, y no incurrir en la simple presentación de sucesivos proyectos sin conexión uno con otro. Considero que el texto ancla del nuevo sistema debe ser el proyecto de protección de derechos, que regule nuevas formas para la relación estado-infancia-sociedad civil. Luego del proyecto sustantivo, viene la cuestión orgánica, es decir, la institucionalidad.
4. Recursos adicionales
Ninguna ley puede por sí sola cambiar la realidad de los derechos del niño si no se proporcionan, al mismo tiempo, los recursos necesarios para esa protección. Es un ineludible desafío para los legisladores superar una cierta “retórica de los derechos” para pasar a lo que denomino una “lógica presupuestaria de derechos”.
5. Reforma constitucional
Considerando que en el programa presidencial se encuentra el compromiso de una nueva constitución es interesante destacar que hay ocho proyectos en trámite que se refieren a reformas constitucionales relacionadas con infancia.
6. Proyectos importantes pero sin prioridad
Existen una serie de proyectos que, al margen de la nueva arquitectura institucional, resultan relevantes pero, superada la contingencia que los trajo a la vida, carecen del suficiente impacto para que lleguen a puerto. Su revisión y perfeccionamiento requiere del respaldo del ejecutivo y de los presidentes de comisión.